Entre los restos de reminiscencias de la cultura aymará, descubrimos el área donde nació una antigua civilización, la tiwanakota. Este sitio venerado, irradia cultura, paz y espiritualidad donde se funden la ciencia, el saber y lo cosmológico.
Según testimonios de la época, nadie ha podido descifrar hasta el momento las inscripciones labradas en megalitos que aquí se representan. Los sabios orientaron los templos astrológicamente. Asombra a todos la precisión de cada espacio. El hombre cortó y tallo la piedra en lejanas canteras, para luego ser transportada a la gran urbe del altiplano.
Misterios aun por descubrir de la gran civilización en el América del Sur, se encuentran en estas ruinas, ubicadas en las cercanías del pueblo moderno del mismo nombre, situado a pocas distancias de las orillas del Titicaca, el navegable más alto del mundo.
Según historiadores de la capital boliviana, esta es la cultura más longeva de la región. Desde 1580 antes de Cristo, se calculan unos 27 siglos y medios al 1172 después de C. Fue Tiwanaku una capital prehispánica que comprendió la costa Litoral de Chile y el occidente de toda Bolivia.
El origen del significado del término es motivo de controversias y discusiones. Esta ciudad sagrada para los dioses se ha convertido en uno de los parajes imprescindibles dentro del amplio abanico de propuestas culturales e históricas que la Paz le ofrece a los miles de peregrinos y visitantes extranjeros, que cada año llegan hasta el sitio.
Es indudable que los restos que más inspiran y atraen a los convidados son la Puerta del Sol y los Monolitos Bennett y Ponce, pero la visita de todo el complejo demuestra la gran cantidad de material, sobre todo lítico y cerámico, que hay para ser admirado.
El origen del significado del término es motivo de controversias y discusiones. Esta ciudad sagrada para los dioses se ha convertido en uno de los parajes imprescindibles dentro del amplio abanico de propuestas culturales e históricas que la Paz le ofrece a los miles de peregrinos y visitantes extranjeros, que cada año llegan hasta el sitio.
Es indudable que los restos que más inspiran y atraen a los convidados son la Puerta del Sol y los Monolitos Bennett y Ponce, pero la visita de todo el complejo demuestra la gran cantidad de material, sobre todo lítico y cerámico, que hay para ser admirado.
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